Cuando el Hombre del Futuro necesita algo, va y lo compra. Y compra exactamente eso, no eso y un paquete de papas fritas y un chocolate importado, no. La venta inducida por el comercio estará penada con la muerte.
Un aspecto realmente importante es que no existirán los "vendedores", dada una razón muy simple, su oficio estará diametralmente opuesto a una ley fundadora del Mundo del Futuro, no se puede mentir, a los mentirosos se les cortará la lengua y se los obligará a caminar por el resto de sus vidas con un manto en sus espaldas que destaque que no son afines a la verdad. Pero antes, se les permitirá el arrepentimiento, el problema es que si asumen que están arrepentidos, pero mienten (será detectable la mentira), su castigo es el que se detalló anteriormente. Bien, como decía, los vendedores no existirán, ya que de no contar con su mayor arma (no la única, la mayor), serán absolutamente inútiles.
Los supermercados serán una vidriera de productos, no un lugar que incite al consumo. Detallarán los precios unitarios de cada producto, y si un consumidor detectara alguna diferencia entre el valor declarado y el cobrado, toda su compra y la de todos los consumidores que estén pagando en ese momento, será gratis.
Por último, El Hombre del Futuro que notara que los productos que compre tanto vía internet, telefónica o in situ, han perdido la cadena de frío, deberá denunciarlo inmediatamente. El responsable intelectual como material será castigado con la muerte.
Un aspecto realmente importante es que no existirán los "vendedores", dada una razón muy simple, su oficio estará diametralmente opuesto a una ley fundadora del Mundo del Futuro, no se puede mentir, a los mentirosos se les cortará la lengua y se los obligará a caminar por el resto de sus vidas con un manto en sus espaldas que destaque que no son afines a la verdad. Pero antes, se les permitirá el arrepentimiento, el problema es que si asumen que están arrepentidos, pero mienten (será detectable la mentira), su castigo es el que se detalló anteriormente. Bien, como decía, los vendedores no existirán, ya que de no contar con su mayor arma (no la única, la mayor), serán absolutamente inútiles.
Los supermercados serán una vidriera de productos, no un lugar que incite al consumo. Detallarán los precios unitarios de cada producto, y si un consumidor detectara alguna diferencia entre el valor declarado y el cobrado, toda su compra y la de todos los consumidores que estén pagando en ese momento, será gratis.
Por último, El Hombre del Futuro que notara que los productos que compre tanto vía internet, telefónica o in situ, han perdido la cadena de frío, deberá denunciarlo inmediatamente. El responsable intelectual como material será castigado con la muerte.