Soy adicta al Blem Naranja. Lo admito, no sin sonrojarme y ponerme nerviosa. Es una terrible adicción. Por las noches, me levanto de mi cama sigilosamente, escucho para detectar cualquier movimiento que indicara presencia de posibles testigos, bajo las escaleras haciendo el menor ruido posible y me escabullo rápidamente a las alacenas donde guardan los elementos de limpieza. Echo a un lado al limpiavidrios, al Ceramicol, y lo veo, radiante, naranja, parece mirarme. Su grandeza está por encima de esos lacayos que lo acompañan, él debiera estar ocupando un lugar más selecto de la casa, pide justicia al respecto y yo nada puedo hacer. "No soy la dueña de la casa", le digo, con una devoción casi religiosa. Lo tomo, abro su tapa, con cuidado rocío el aire con su hermosa fragancia, huelo el aire, cierro los ojos y abro mi mente, dispuesta a volar junto a las minúsculas partículas de polvo que me rodean. Imagino un parque, un naranjo, aves revoloteando a mi alrededor, el sol brillando, y yo dando vueltas en un gran prado verde, con mariposas multicolores que me acompañan. De repente la imagen se diluye y ahí estoy, sola en la oscuridad de mi cocina, junto a la alacena. Un poco más, y de nuevo me transporto. La escena se repite varias veces más, hasta que el horario de despertarse se hace realidad y corro, apurándome, a mi cama, donde simulo estar durmiendo. Y la rutina se repite, día a día. No duermo ni descanso, todo mi tiempo ocioso se lo dedico al maravilloso Blem Naranja.
Bueno, tal vez no para tanto, pero cuando limpio con el Blem Naranja lo disfruto horrores.
Bueno, tal vez no para tanto, pero cuando limpio con el Blem Naranja lo disfruto horrores.
1 comentario:
nooo.. pero si es mi amiga y subdita del laboratorio gabbs con blog donde escribir todas sus expresiones??? :O
pasaré a ver qué se pone acá. hoy estoy cansado y sin ganas de leer (A)
Publicar un comentario