Bueno, para todos los que preguntaron y para todos los que no pero que en algún momento podrían hacerlo (mato dos pájaros de un tiro), pasaré a comentar brevemente que es la música indie que figura en mis gustos.
Bien, como lo dice su palabra, indie proviene de independiente, y engloba a todos los grupos o artistas que básicamente sólo conoce la madre y el mejor amigo. Ya cuando lo conoce el padre (y si este no tiene un ataque de ira al ver el vago que es su hijo, que en lugar de estudiar, trabajar y casarse como Dios manda se tira en la cama a tocar "música" con la guitarrita esa de porquería), y si encima le resulta simpático, se formulará una especie de cadena de conocidos que lo terminarán recomendando a algún manager de mala muerte que está fundido y ya está pensando en ser gigoló o salir a mendigar un peso pa´ la birra, que los verá con enormes ojos de salvación y comenzará a publicitarlos en radiecitas locales. Vale aclarar que la música que hacen no es punk ni rock así rollinga, no. Suele ser música con letras sensibleras, pero tampoco como Luismi, sino letras que tratan problemáticas humanas, muchas veces también ambientales o políticas, y por lo general, algún par de temas carecen totalmente de sentido para el hombre común, están dirigidas a gente que sepa comunicar su alma con cosas más allá de lo que dicen las palabras. Tienen nombres abstractos, graciosos o etéreos. Con el primer puesto en una radio local, nace el primer fan y una tirada de CDs reducida que luego será reliquia. Hasta ahí todo bien, pero sucede que esta banda no olvida su finalidad en la vida: llenarse de guita. Entonces, de casualidad, de vacaciones con su esposa, cae un manager o directivo de alguna colmilluda compañía discográfica que dice "Opa", y le compra el contrato al antiguo, quien por un momento es feliz, pero luego se da cuenta que va a tener que ser gigoló y dice "Oh my fucking God". Anyway, esta nueva etapa implica música distinta, más comercial y que pueda llegar a un público más masivo como el que escucha Britney Spears o Chayanne. Y ahí llega la hecatombe: el primer CD de la compañía colmilluda. Los fans de primera hora se sentirán estafados tras sus computadoras y vidas fracasadas, se demostrarán tristes e iracundos, expresando en cuanto foro encuentren su disconformidad "No es lo mismo que antes", "A quien se le ocurrió hacer esta música de mier***", "Quiero mi antigua banda, con sus letras hermosas y sus melodías depresivas". No tardarán en elogiar en forma excesiva a sus primeros discos y proclamarán no comprar más ni un solo disco en tanto no vuelvan a ser como antes. Aclaremos que eso nunca sucederá. La banda está atada por un contrato de 100 años y rodeada por miles de dólares. Si bien a veces recuerdan a sus antiguos fans y caen de sus mejillas algunas lágrimas pensando en como se vendieron, logran reprimir este sentimiento con alguna droga que les provea su amoroso manager.
Ahí está. No olviden que Coldplay alguna vez fue Indie. Ahora quienes se denominan indies, los odian.
Y me despido con esta hermosa página de música ochentosa (pueden bombardearla) (de onda).
Bien, como lo dice su palabra, indie proviene de independiente, y engloba a todos los grupos o artistas que básicamente sólo conoce la madre y el mejor amigo. Ya cuando lo conoce el padre (y si este no tiene un ataque de ira al ver el vago que es su hijo, que en lugar de estudiar, trabajar y casarse como Dios manda se tira en la cama a tocar "música" con la guitarrita esa de porquería), y si encima le resulta simpático, se formulará una especie de cadena de conocidos que lo terminarán recomendando a algún manager de mala muerte que está fundido y ya está pensando en ser gigoló o salir a mendigar un peso pa´ la birra, que los verá con enormes ojos de salvación y comenzará a publicitarlos en radiecitas locales. Vale aclarar que la música que hacen no es punk ni rock así rollinga, no. Suele ser música con letras sensibleras, pero tampoco como Luismi, sino letras que tratan problemáticas humanas, muchas veces también ambientales o políticas, y por lo general, algún par de temas carecen totalmente de sentido para el hombre común, están dirigidas a gente que sepa comunicar su alma con cosas más allá de lo que dicen las palabras. Tienen nombres abstractos, graciosos o etéreos. Con el primer puesto en una radio local, nace el primer fan y una tirada de CDs reducida que luego será reliquia. Hasta ahí todo bien, pero sucede que esta banda no olvida su finalidad en la vida: llenarse de guita. Entonces, de casualidad, de vacaciones con su esposa, cae un manager o directivo de alguna colmilluda compañía discográfica que dice "Opa", y le compra el contrato al antiguo, quien por un momento es feliz, pero luego se da cuenta que va a tener que ser gigoló y dice "Oh my fucking God". Anyway, esta nueva etapa implica música distinta, más comercial y que pueda llegar a un público más masivo como el que escucha Britney Spears o Chayanne. Y ahí llega la hecatombe: el primer CD de la compañía colmilluda. Los fans de primera hora se sentirán estafados tras sus computadoras y vidas fracasadas, se demostrarán tristes e iracundos, expresando en cuanto foro encuentren su disconformidad "No es lo mismo que antes", "A quien se le ocurrió hacer esta música de mier***", "Quiero mi antigua banda, con sus letras hermosas y sus melodías depresivas". No tardarán en elogiar en forma excesiva a sus primeros discos y proclamarán no comprar más ni un solo disco en tanto no vuelvan a ser como antes. Aclaremos que eso nunca sucederá. La banda está atada por un contrato de 100 años y rodeada por miles de dólares. Si bien a veces recuerdan a sus antiguos fans y caen de sus mejillas algunas lágrimas pensando en como se vendieron, logran reprimir este sentimiento con alguna droga que les provea su amoroso manager.
Ahí está. No olviden que Coldplay alguna vez fue Indie. Ahora quienes se denominan indies, los odian.
Y me despido con esta hermosa página de música ochentosa (pueden bombardearla) (de onda).