Me encanta llegar a la FI corriendo y sobre la hora y que ande un solo ascensor...
Me encanta el 33 que me lleva de Paseo Colón a Ciudad Universitaria, y en el camino contrario. Sus choferes son la buena onda personificada en hombres gordos que te gritan "NO VES QUE EL CARTEL DICE RE-TI-RO???? NO LEAS EL DE ARRIBA, LEE ESTE." Y señalan un cartelito que dice en letra 12 Retiro. Son gente en-can-ta-do-ra.
Me encanta tener clases en las que somos 50 y el laboratorio es para 20 (con suerte).
Me encanta estar con esta adrenalina extra que implica el paro no docente. Uno no sabe exactamente cuando vamos a dejar de tener clases.
Me encanta la limpieza de los baños, cuando uno entra parece que se estuviera descomponiendo un elefante que murió hace 4 años.
Me encanta cuando hace calor afuera. Eso significa que adentro estamos fritándonos.
Me encantan los horarios de la FI. Una materia puede ser dictada los martes de 8 a 10 la teórica, Jueves 12 a 15 la práctica y Viernes 1530 a 1830 el laboratorio. Todas son obligatorias, toman lista, y constituyen la única cátedra posible. Definitivamente están las clases diagramadas para poder laburar.
Me encanta que en la fotocopiadora tarden 20 minutos para hacer 2 copias. Y lo que más me encanta es que no te las dan en el momento.
Me encanta que la chica del kiosko que prefiere no venderte a tener que darte vuelto en monedas.
Me encanta que los bedeles hayan dado un aula con capacidad para (con suerte) 40 alumnos a un curso de 70. Y que no haya otra aula disponible en toda nuestra bella facultad.
Me ecanta que los tarros con los desechos orgánicos e inorgánicos de los laboratorios estén llenos hace fácil 2 cuatrimestres pero que nadie los vacíe. Los desechos van "diluídos" a la pileta.
Me encanta que los elementos del laboratorio parezcan rescatados del Titanic. Yo creo que si les hacen un análisis bacteriológico, descubrirían nuevas enfermedades.
Aun con todas sus cosas, la FI me sigue encantando.
Me encanta el 33 que me lleva de Paseo Colón a Ciudad Universitaria, y en el camino contrario. Sus choferes son la buena onda personificada en hombres gordos que te gritan "NO VES QUE EL CARTEL DICE RE-TI-RO???? NO LEAS EL DE ARRIBA, LEE ESTE." Y señalan un cartelito que dice en letra 12 Retiro. Son gente en-can-ta-do-ra.
Me encanta tener clases en las que somos 50 y el laboratorio es para 20 (con suerte).
Me encanta estar con esta adrenalina extra que implica el paro no docente. Uno no sabe exactamente cuando vamos a dejar de tener clases.
Me encanta la limpieza de los baños, cuando uno entra parece que se estuviera descomponiendo un elefante que murió hace 4 años.
Me encanta cuando hace calor afuera. Eso significa que adentro estamos fritándonos.
Me encantan los horarios de la FI. Una materia puede ser dictada los martes de 8 a 10 la teórica, Jueves 12 a 15 la práctica y Viernes 1530 a 1830 el laboratorio. Todas son obligatorias, toman lista, y constituyen la única cátedra posible. Definitivamente están las clases diagramadas para poder laburar.
Me encanta que en la fotocopiadora tarden 20 minutos para hacer 2 copias. Y lo que más me encanta es que no te las dan en el momento.
Me encanta que la chica del kiosko que prefiere no venderte a tener que darte vuelto en monedas.
Me encanta que los bedeles hayan dado un aula con capacidad para (con suerte) 40 alumnos a un curso de 70. Y que no haya otra aula disponible en toda nuestra bella facultad.
Me ecanta que los tarros con los desechos orgánicos e inorgánicos de los laboratorios estén llenos hace fácil 2 cuatrimestres pero que nadie los vacíe. Los desechos van "diluídos" a la pileta.
Me encanta que los elementos del laboratorio parezcan rescatados del Titanic. Yo creo que si les hacen un análisis bacteriológico, descubrirían nuevas enfermedades.
Aun con todas sus cosas, la FI me sigue encantando.